Classmates Friends Bag School Education

En estas fechas solemos saltarnos los horarios, los niños se van a dormir más tarde, nos olvidamos de la rutina, improvisamos… y luego pretendemos que, con sólo chasquear los dedos, todo vuelva a la normalidad. Pero nos olvidamos de que los niños no son robots y no tienen un mando a distancia, ni mucho menos interruptor on/off.

 

Así que la vuelta a la normalidad nos llevará un poco de tiempo y algo de esfuerzo para ponerlo todo en orden. Conseguir que se vayan a dormir a la hora será nuestra tarea principal, la más importante y la más difícil. Los niños tendrán múltiples excusas para retrasar ese momento: tengo sed, tengo pipí, no tengo sueño, tengo miedo… Pero no debemos caer en la tentación de hacerles caso. Nuestra rutina ha de ser inflexible ya que el sueño es una de las claves del éxito escolar. Nuestro objetivo será ir adelantando media hora cada semana la hora de irse a la cama.

El siguiente paso será desarrollar el hábito de estudio. Para ello, les acostumbraremos desde muy pequeños a que después de merendar reserven tiempo para realizar las tareas escolares. El tiempo variará en función de la edad:

  • De 6 a 8 años: entre 20 y 30 minutos diarios.
  • De 8 a 10 años: 45 minutos aproximadamente diarios.
  • De 10 a 12 años: 1 hora diaria, haciendo un breve intermedio a la mitad para que aprovechen mejor el tiempo.
  • De 12 a 14 años: de 1’5 a 2 horas diarias manteniendo el intermedio.

A partir de los 15 años ya pueden gestionar el tiempo ellos solos en función de lo que necesiten y la norma tiene que ser que, si no acaban sus tareas por la tarde, se mantiene la hora de ir a dormir y se adelanta la hora de levantarse. De esta forma, por la mañana están mas despejados y hacen los deberes más fácilmente.

Si seguís estas normas, el éxito en la vuelta a la rutina está asegurado.