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Llega una nueva generación de niños a los que las nuevas tecnologías están cambiando los hábitos de aprendizaje. Ya no usan el lápiz y el papel sino el ratón y las pantallas táctiles.

 

Todavía no son autónomos, apenas empiezan a vestirse solos, a comer sin ayuda, no saben leer pero ya son capaces de conectarse a Internet, colorear con su ratón un dibujo o jugar con una pantalla táctil.

A los niños les motiva escribir con el dedo en una pizarra digital, cuando aún están en el parvulario. Es la revolución tecnológica de las aulas de preescolar. Cada vez son más los centros en todas las comunidades autónomas que se suman a las nuevas tecnologías. Atrás van quedado las tizas, los bolígrafos, los folios, los cuadernos o las antiguas fichas, y van apareciendo las pantallas digitales interactivas, las conexiones a Internet y los tablets PC. Se trata de ofrecer a los más pequeños una ventana abierta al mundo llena de innovación. De esta manera acercamos la enseñanza a su propio lenguaje. Los niños de nuestra era están rodeados por la informática: desde sus juguetes para edades más tempranas hasta los más sofisticados llevan microchips (acordémonos de los famosos «tamagotchis»). Si sus mascotas son robots, ¿por qué no pueden convertirse sus libros en pantallas de ordenador?